Los secretos mejores guardados de Al Capone en el emblemático Hotel Biltmore de Miami

Escogido por figuras políticas y del espectáculo como el ex presidente Bill Clinton, los actores Cindy Crawford, Sylvestre Stallone, o por el ex presidente Carlos Saúl Menem el majestuoso hotel Biltmore encanta a sus huéspedes. Por Nancy Clara

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Posee un campo de golf con 18 hoyos profesionales y una de las piscinas olímpicas más grandes del mundo.

El emblemático Hotel Biltmore de Miami posee una magia que, desde su construcción en el año 1926 en la época dorada del cine de Hollywood, fue la morada predilecta de ciento de estrellas del cine, políticos y también de mafiosos.

Construido por el arquitecto George Merrick, el Biltmore posee un estilo mediterráneo tradicional, captado de los monumentos tradicionales de España como la Giralda de Sevilla.

En los años que fue construido el hotel, prevalecía en todo Estados Unidos la “Ley Volstead o ley seca”, que prohibió la producción, importación y consumo de bebidas alcohólicas en el “puritano” país, que pretendían forjar los nacionalistas luteranos.

Para ese entonces, Al Capone ya tenía una amplia trayectoria en su andar delictivo entre Nueva York, Chicago y Miami.

Por esos años Miami era muy conocida entre las celebridades e importantes personas del mundo empresarial por ser una ciudad destinada al placer y al encanto de las noches de juego.

Al Capone no podía ser menos y obnubilado por la belleza y el lujo extremo del Hotel Biltmore, decidió establecerse ahí al igual que lo hizo la mafia que lo rodeaba.

En los lujuriosos años ‘20, las fiestas privadas donde se ofrecía alcohol y juegos de azar en las habitaciones privadas, el rey de la mafia newyorquina, poseía la suite más lujosa y extravagante del hotel ubicada en el piso 13, que años más tardes pasó a bautizarse con su nombre y que hoy en día puede alquilarse y sentir la emoción que implica hospedarse allí.

Fantasmas, crímenes y Alma de Tango

Las reuniones de juegos de azar eran frecuentes en aquél lugar, así como también los asesinatos de quienes no pagaban las apuestas. Una noche, los disparos atemorizaron a los huéspedes del hotel, que terminó con la vida de Fats Walsh, un mafioso conocido por Capone, que había incumplido con una apuesta de juego.

Desde ese momento, se dice que el fantasma de Fats Walsh y de Al Capone siguen allí atemorizando a los valientes huéspedes que deciden quedarse en esa habitación.

Los asesinatos y la difícil situación económica que atravesaba Estados Unidos al llegar la crisis de los años ’30 y la guerra de Pearl Harbor (donde funcionó como hospital de guerra), las muertes de los soldados caídos en servicio, siguieron alimentando las historias de fantasmas. Estos hechos llevaron al glamuroso hotel a cerrar las puertas, para no convertirse en blanco predilecto de los japoneses, además el costo del mantenimiento era extremadamente elevado en aquella época.

Hoy en día, el hotel se encuentra en todo su esplendor y ha sido escenario de importantes producciones de Hollywood como ser “El especialista” de Sylvester Stallone. Lugar por excelencia escogido para celebrar aniversarios o simplemente para los visitantes curiosos de impregnarse de historias clandestinas. Tanto los turistas como los residentes disfrutan a menudo de fiestas privadas o quienes les gusta disfrutar de clases de Tango, los días martes de 6:00pm a 9:00pm pueden tomarse clases grupales o privadas, impartidas por profesores cubanos y americanos que pertenecen a la escuela Alma de Tango y tiene un costo de $15 dólares por clase.

Destacado

Suite Al Capone

La suite más lujosa que perteneció a Al Capone puede reservarse por la suma de U$s 2,139 dólares la noche. El lujo se impregna en las pupilas del huésped al instante, con solo llegar en el ascensor de bronce al piso 13 puede observarse los techos con frescos pintados a mano que decoran el piso completo compuesto por dos espectaculares habitaciones, una sala de estar con un piano de cola, dos balcones con vista al campo de golf, a la piscina y a la ciudad de Coral Gables en los 1,800 metros cuadrados que ocupa la emblemática suite.

Un deleite para los sentidos y la sensación explícita de jugar a ser capo de la mafia por unos días, puede lograrse en la mágica ciudad de Miami.

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