Warner y DC cierran un año para olvidar: ¿habrá superhéroes que los salven?

Cambio de autoridades, decisiones artísticas muy cuestionadas y, sobre todo, una aparente falta de comprensión de su público, hicieron de este el peor año del DCU. Henry Cavill y Dwyane “The Rock” Johnson, sus más recientes víctimas.

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De las grandes antinomias en la industria del entretenimiento, probablemente la que protagonizan Marvel y DC Comics sea una de las más encarnizadas y duraderas. También, la que más ha dado que hablar desde que la legendaria compañía de SpiderMan y amigos reconvirtiera el negocio cinematográfico dando origen al Universo Cinematográfico de Marvel (en inglés, Marvel Cinematic Universe, abreviado MCU) en 2008 con Iron Man.

Su clásico rival de historias gráficas llegaría más tarde a la misma idea, pero pésimamente ejecutada. Si bien Warner Bros., dueña de la franquicia, pretendía ya en 2002 reunir a varios superhéroes de DC Comics en películas, el aplazamiento de un primer filme de la Liga de la Justicia -en 2008, para medirse con Iron Man- fue el comienzo del desastre.

Problemas de producción, despido y contratación de nuevos escritores y realizadores con visiones distintas fueron postergando proyectos durantes los años subsiguientes.

El “ensayo” con Green Lantern de 2011 fue tan malo que hasta su protagonista, Ryan Reynolds, se burló de esa película ya estando en la competencia, como estrella de Deadpool. Warner arremetió otra vez, en 2013 con Man of Steel, un reboot de Superman que introdujo a quien resultaría luego el actor favorito del fandom, Henry Cavill.

Mientras el MCU se convertía en fenómeno de taquilla gracias a los Avengers, el pretendido DCU naufragaba con películas destrozadas por crítica y público.

En busca de un DCU competitivo

Una de las claves del éxito de Marvel es Kevin Feige, que trabaja en Marvel Studios desde el 2000 y en 2007 fue nombrado presidente de producción. La compra de la empresa por parte de Disney en 2009 no solo lo mantuvo en su puesto sino que le dio más recursos: nacieron las divisiones Marvel Studios y Marvel Television. Así, la misma mente creativa y empresarial fue la que dirigió todas las películas y series del MCU al día de hoy.

Del otro lado, en Warner se siguió a los tumbos. A pesar de contar con algunos éxitos considerables como Aquaman o Wonder Woman, la que debería haber sido caballito de batalla –La liga de la justicia– fue un fiasco para lo que se esperaba de ella, dirigida primero por Zack Snyder y terminada a las apuradas por Joss Whedon.

El Snyder’s cut que llegaría después levantó la puntería, pero el desencamiento ya se había desatado y el director tuvo conflictos con el estudio.

Ignorando el tono oscuro y realista que hizo de la trilogía The Dark Knight de Cristopher Nolan el Batman casi perfecto, DC reinició al héroe con Ben Affleck en la casi ridícula Batman Vs Superman: El amanecer de la justicia (2016). Lanzó Suicide Squad (2016) sin pena ni gloria, para ignorarla también haciendo todo de nuevo en 2021, como si la primera no hubiera existido.

Así, DC llegó a 2022 con nuevo copresidente y codirector ejecutivo: James Gunn. El mismo que ayer nomás había trabajado con Marvel en la trilogía Guardianes de la Galaxia.

El productor, probablemente fichado por Warner para emular algo del éxito de su competidora, puso patas para arriba -una vez más- la dirección artística de DC que este año batió records de problemas.

2022, el año en que todo fue un escándalo

En abril se anunció la fusión entre Warner Media y Discovery. A nivel empresarial, los primeros resultados fueron cambios en las plataformas, la cancelación de proyectos y despidos que nuevamente sumieron a la compañía en la incertidumbre.

Pronto comenzarían los crímenes artísticos. Uno de los más sonados este año fue sin duda la cancelación de Batgirl, protagonizada por Leslie Grace, que ya se había rodado por completo y supuso una inversión (perdida) de 90 millones de dólares.

Esta decisión nos privó de ver el regreso de Michael Keaton como Batman y actores como JK Simmons como el Comisario Gordon. El motivo: Warner quiere que todo lo asociado a DC tenga una escala propia de un gran blockbuster, como Marvel, y consideró que este no era el caso.

Otro dolor de cabeza para el estudio fue -y sigue siendo- The Flash. El talentoso pero problemático Ezra Miller ve aplazarse una y otra vez el estreno de su primer film en solitario, tras haber aparecido en La Liga de la Justicia.

Sus problemas judiciales, vinculados a sus adicciones, significan un gran dilema para Warner, que por el momento “pateó” la llegada de la película para junio de 2023. Entradas y salidas de prisión, más testimonios de sus actos violentos, lo tornaron inmanejable e impresentable como estrella del cine actual. Lo cierto es que cada vez se habla menos del futuro del actor en el DCU, y es un tema aún por resolver.

En simultáneo, al menos 4 proyectos anunciados quedaron en la nada: Static Shock, Supergirl, Green Lantern Corps y la versión de Superman interpretado por un hombre negro. Ni siquiera se está buscando directores para ocuparse de ellos. Wonder Woman 3 es otro de los que difícilmente vean la luz en tiempos cercanos.

Las series del DCU, en cámara lenta

Cabría decir que lo mejorcito que dio a luz DC este año fue para la television: Peacemaker, spinoff de The Suicide Squad, ambas creadas por James Gunn. La serie que se ve en HBO Max -plataforma de streaming de Warner Media- es la primera original del DCU y da la sensación de ser un buen comienzo.

Pero al mismo tiempo, en plena fusión de Warner Media con Discovery Inc, HBO Max canceló durante 2022 productos prestigiosos como Raised by Wolves, una fábula futurista inusual, diferente, producida por Ridley Scott. El argumento: la baja de audiencia en su segunda temporada, algo difícl de comprobar ya que las plataformas no cuentan con un sistema de medición público y homologado.

Otras series que murieron en estos 12 meses son Westworldambicioso y disruptivo producto de Jonathan y Lisa Nolan que tuvo dos excelentes primeras temporadas para decaer este año en la cuarta- Minx y The Time Traveler´s wife.

Lo imperdonable: adiós a Cavill y The Rock

Y llegamos a la estocada final. El bueno, lindo, correcto, simpático y entrañable de Henry Cavill fue humillado y sus fans están enfurecidos con la productora. Tras su aparición en una escena post créditos de Black Adam -el más reciente estreno de DC Studios- el actor que había dejado The Witcher (Netflix) para enfocarse en su Hombre de acero anunció con bombos y platillos su regreso al Universo Extendido DC.

Sin embargo, hace unos días informó que tras una reunión con James Gunn, se le comunicó que finalmente no retornaría.

Esta decisión creativa de parte de Gunn y Peter Safran obedecería a un plan para reposicionar a DC, lo que trajo y seguramente traerá otras consecuencias.

En las últimas horas fue “The Rock” quien recibió el amable telegrama de despido. Con Black Adam recién estrenada en HBO Max, la estrella del cine de acción comunicó que él tampoco será parte “por ahora” de una especie de reboot -aunque Gunn jura que no es “tan” así- del DCU, a estas alturas casi “maldito”.

La relación de la compañía y Johnson ya venía enrarecida. Los chismes cuentan que ejecutivos de Warner lo acusan de haber filtrado información falsa sobre la rentabilidad de Black Adam para que pareciera un éxito, cuando la realidad fue bien diferente.

De todas maneras, “La Roca” aseguró que no se trata de un final definitivo para su personaje en el DCU, cuyo futuro hoy es más impredecible que nunca. Lo más díficil será recuperar la credibilidad y el cariño perdido de los fans.

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