El 30 de noviembre marcó el cierre de la temporada de huracanes del Atlántico de 2023, destacándose como una de las más activas registradas. Curiosamente, la mayoría de las tormentas se desviaron hacia el centro del océano Atlántico.
A pesar de la presencia de El Niño y las temperaturas globales en aumento, que normalmente inhiben el desarrollo de tormentas, esta temporada fue excepcionalmente activa con temperaturas oceánicas récord.
Se formaron 20 tormentas con nombre, incluyendo siete huracanes. Afortunadamente, solo tres tocaron tierra en EE.UU.: Harold, Idalia y Ophelia, siendo Idalia el único huracán de categoría 3 que impactó en Florida en más de 125 años.
Esta temporada activa fue la cuarta con mayor cantidad de tormentas desde 1950, según la NOAA. La influencia de El Niño fue inusual, ya que, a pesar de su presencia, la cuenca del Atlántico experimentó la mayor cantidad de tormentas con nombre en un año con El Niño en el registro moderno.
El calentamiento extremo del océano permitió una rápida intensificación de algunas tormentas, como Idalia y el huracán Lee, este último alcanzando la categoría 5 en el Atlántico abierto. Aunque la temporada fue intensa, la mayoría de las tormentas no afectaron tierra debido a una alta presión relativamente débil, influenciada por las cálidas temperaturas del océano.
Los meteorólogos advierten que, aunque El Niño desaparecerá para la próxima temporada, las incertidumbres sobre las temperaturas del océano y la fuerza del Azores High hacen que la temporada de huracanes de 2024 sea impredecible. Sin El Niño para limitar las tormentas, existe un “alto potencial” de que sea más activa, lo que plantea interrogantes sobre su impacto en EE.UU.
(CNN en Español)
