La talentosa violinista, cantante y compositora cubana Yeisy Rojas ha sido nominada a los prestigiosos Latin Grammy, marcando un hito en su carrera con su primer álbum de estudio, ¨A Mis Ancestros¨. El proyecto,producido por el reconocido músico Gastón Joya (ex bajista de Chucho Valdés), rinde homenaje a sus raíces y a la profunda herencia cultural africana en Cuba.
La nominación representa un reconocimiento al innovador trabajo de Yeisy Rojas, quien ha logrado entrelazar maravillosamente la música tradicional cubana, el latin jazz y toques de funk, creando un estilo único que ha captado la atención de críticos y audiencias internacionales. Como lo describió Billboard, Rojas es una intérprete que “mezcla maravillosamente la música cubana, el latin jazz y algo de funk mientras alza su voz contra el racismo en su país”.
El álbum “A Mis Ancestros es una travesía personal e introspectiva que conecta a Yeisy con la historia y legado de los africanos que llegaron a Cuba. “Este proyecto ha sido un largo camino de amor, investigación y reconciliación con mis raíces”, comentó la artista. “Al principio, estando en Noruega, me sentí sola y desconectada de mi cultura. La música fue mi medicina, y estudiar la influencia africana en la música cubana me permitió encontrar mi voz y mi identidad”.
Desde su lanzamiento,¨A Mis Ancestros¨ ha recibido elogios de la crítica internacional. RollingStone en Español la incluyó en su lista de los 15 nuevos artistas independientes a seguir, y Billboard la presentó como “una estrella en ascenso cuya música emociona y debe ser descubierta”.
La nominación a los Latin Grammy confirma a Yeisy Rojas como una de las nuevas voces más relevantes de la música latina, y representa un paso significativo para la artista, quien ha sabido mezclar su formación clásica con su herencia afrocubana y el jazz contemporáneo para crear un sonido auténtico y profundamente emotivo.
Yeisy Rojas, nacida y educada en Cuba, se formó en música clásica en la Escuela Nacional de Arte de Cuba (ENA y trabajó como violinista en el Ballet Nacional y la Ópera de La Habana antes de mudarse a Noruega en 2016 para estudiar jazz en el Conservatorio de la Universidad de Agder. Este cambio de escenario no solo expandió su horizonte musical, sino que también encendió en ella una pasión por redescubrir y explorar sus propias raíces cubanas.
