“Hoy enterramos años de fracaso y pelea sin sentido, hoy comienza una nueva era en la Argentina, de paz y prosperidad, desarrollo, libertad y progreso”, expresaba Javier Milei el domingo 10 de diciembre, cuando asumía la presidencia de Argentina.
Frente a mandatarios internacionales, entre ellos, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro; el rey Felipe VI de España y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el presidente argentino ofreció un discurso en las escalinatas del Congreso, en donde anticipó algunas de sus ideas de su gobierno con el objetivo de comenzar a reconstruir el país desde cero.
“No hay solución alternativa al ajuste, no hay plata”. El shock impactará de modo negativo sobre los pobres e indigentes”, afirmó Milei.
“Este será el último mal trago para empezar la reconstrucción de la Argentina. Mientras que hoy mismo la inflación ya viaja a un ritmo que oscila entre el 20 y 40 por ciento mensual. El Gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación de 15.000% anual. Nuestra máxima prioridad es hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe”, aseguró el mandatario.
Las palabras del presidente quizás eran las esperadas, lo que si llamo la atención de la jornada de asunción fue que la prensa argentina no puedo tener acceso al juramento de cada uno de sus ministros, algo que nunca ha sucedido en la historia argentino. Este es solo un dato de color.
Al día siguiente de su asunción, el economista libertario comenzó a trabajar en Casa Rosada. Sin lugar a dudas, los interrogantes en torno a las medidas económicas que tomaría el mandatario estaban latentes en la sociedad.
Los anuncios se hicieron esperar.
Uno de los primeros llegó de la mano del ministro de Economía, Luis Caputo, que en un mensaje grabado de 17 minutos, anunció un paquete de medidas económicas, entre las que se pueden destacar: la suba del dólar mayorista a $800, freno a la obra pública -que estará a cargo del sector privado-, y quita de subsidios a la energía y el transporte.
También cambios en las retenciones y las importaciones, reducción al mínimo las transferencias discrecionales del Estado Nacional a las provincias, y baja contratos en el Estado menores a un año.
Este anunció logró impactar en la sociedad. ¿Positivo o negativo? Según Caputo “la gente recibió estos anuncios muy contenta, porque entendió que la génesis del problema es fiscal, porque la política quiere siempre gastar más de lo que recauda”.
Sin embargo, muchos de los argentinos esperaban la palabra del nuevo presidente, Javier Milei, que, para sorpresa de muchos, tardó en aparecer.
Luego de varios días, Milei reapareció y habló el pasado miércoles 20 de diciembre por cadena nacional, por primera vez desde el inicio de su gestión en aquel 10 de diciembre. En el video, el mandatario dio a conocer el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de desregulación de la economía, en el que deroga leyes como la de Alquileres, Góndolas, Compre Nacional, Abastecimiento y en el que borra derechos laborales.
“Hoy comenzamos formalmente el camino de la reconstrucción”, manifestaba en cadena nacional.
Estas medidas anunciadas por el presidente argentino no fueron vistas con buenos ojos. Generó más críticas que apoyo, sobre todo en el arco politico.
Minutos después de los anuncios, algo que no se espera el mandatario fue la reacción negativa del pueblo argentino, que sin dudarlo salieron, con sus cacerolas, a la calle, a manifestarse en contra de estas medidas que para muchos solo podrían destruirla economía del país.
Las críticas parecen no haberle molestado al primer mandatario, al contrario asegura que esto es el comienzo y que más adelante podrían anunciarse más medidas.
Esto deja en claro que no existe nada ni nadie que pueda asustar al presidente Javier Milei, que cree en sus convicciones y está dispuesto a cambiar el rumbo de una Argentina, que desde hace varios años, viene cayendo.
Los interrogantes en torno al plan de gobierno de Milei siguen latentes y nadie está seguro de lo que puede pasar en los próximos días.